04 de febrero de 2012 2:00 pm, Madrid, España. Un aeropuerto de techos multicolores nos da la bienvenida. Cargando con unas maletas llenas de dulces, harina de maíz, ropa que nunca había usado, mucha incertidumbre y hambre de explorar. Me esperaba un vuelo, un autobús, 2 trenes, un taxi y 3 días para llegar al que sería mi lugar de residencia durante 6 meses. Fue un gasto extra llegar a La Coruña, pero fue una gran decisión poder empezar este viaje en compañía de un gran amigo, poder conocer el lugar donde estaría él y que marcaría de muchas formas la aventura que estábamos empezando.
No hablaré mucho de esto, pero no he podido evitar sentir nostalgia esta semana. Así son los aniversarios, sobre todo si son de algo que fue y ya no es. El 12 será el aniversario de haber conocido a Karla y Andrea y deseo tanto poder pasar ese día con ellas. Guardo buenos recuerdos de estas fechas, guardo buenos recuerdos de todo el año y estoy segura que dentro de 6 meses estaré escribiendo del aniversario de mi regreso.
Bueno, pasando a las ideas actuales, esta semana tuve un incidente. Como algunos de mis amigos sabrán tuve un pequeño shock hipoglucémico el miércoles. Todo se resume a un desmayo a eso de las 10 de la mañana, mientras estaba sola en casa. Desperté con múltiples golpes y con las ideas tan revueltas.
Esas sensaciones no se las deseo a nadie. Despertar y ver que estas bañado en sudor y que tu cuerpo está frío; sentir que todo se mueve y que la sangre se va lentamente hacia tus pies sin poder hacer nada al respecto; las cosas parecen estar tal lejos y no puedes alcanzarlas para sostenerte, tu cuerpo pesa miles de kilos y de pronto te das cuenta que estas en otro lugar, tus ojos estaban cerrados y tu cuerpo en el suelo. No sabes cuanto tiempo estuviste ahí, pudo ser un segundo o tal vez me perdí 20 minutos de vida sin saber. Es desconcertante, como viajar en el tiempo pero sin la diversión.
Las consecuencias: Un chichón entre el occipital y el parietal que no termina de irse, otros golpes que ya no siento y una confusión mental que posiblemente no esté asociada al golpe, pero me hace sentir bien tener una justificación a mi falta de atención constante. No puedo recordar con claridad que días hice algunas cosas, es como si no tuviera percepción de los tiempos durante la semana. He tenido que estar anotando las cosas. Pero esto se está yendo poco a poco. Todo tiende a mejorar. Y es que fui a recoger a la hermana de Sol y no pude recordar que día había sido. Uno de los tantos olvidos.
Ya tengo 2 ratas. Mar y Sol. No podía pensar en la idea de que estuviera sola, triste y aburrida esa Sol, así que tomé la decisión de adoptar a su hermana. Aún quedó una con su madre pero ya 3 no podía mantener, además espero que su nuevo dueño le de un buen hogar. Quiero poder ser la madre que necesitan y que sean felices. Mi amá no las quiere en realidad, pero son muy lindas. Son cariñosas, juguetonas y muy suaves, así que espero que poco a poco se familiaricen con ellas y las quieran.
Dejo aquí algunas fotos de las susodichas y me voy. Creo que me atreveré la próxima semana a escribir sobre un tema, por que no quiero que esto se convierta en mi bitácora solamente. Si tienen alguna sugerencia o quieran saber mi opinión sobre algún tema o situación, estoy abierta a ideas.
No coman tierra.
2 comentarios:
at: 3 de febrero de 2013, 10:59 p.m. dijo...
Cuídeseme mucho Doña!! ya extrañaba andar por aquí. La quiero ♥
at: 3 de febrero de 2013, 11:14 p.m. dijo...
Gracias Doña :) Espero verte más este semestre :)
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