mi realidad

escucho : persiana americana - soda stereo
siento : sueño

Llegaste el viernes muy temprano, yo ya te esperaba. Tu bicicleta a mi entrada y yo solo podía sonreír.
Parecía un día común, un día de estar en casa, de cocinar y ver un poco de televisión, de jugar en la mesa y reírnos de las veces que no puedes vencerme.
El tiempo pasó veloz, como cada día que estamos juntos y la noche pronto se hizo aparecer. Mis ojos se pusieron tristes y tu mirada preocupada me decía: 'pronto, pronto sera diferente'. Yo no podía esperar, no quería, un impulso dentro de mi quería llevarme lejos, llevarnos.
Esperamos a las luces apagadas, al silencio total de cada habitación y salimos, dos bicicletas recorriendo muchas calles, todas las calles, la noche era profunda y esperaba que fuera mas larga de lo que es su hermano, el día. Recorrimos grandes distancias llegando a un hogar desconocido, con tanta gente desconocida para mi, tan familiar para ti. Música y chistes, eras tan feliz en ese lugar y yo era tan feliz contigo. Pude sentir el humo y las letras transformándome, como siempre me lo haz dicho y no he sabido comprender, todo era tan sencillo como no lo había podido sentir.
Caminamos hacia un parque, podía verlo a lo lejos, tan verde y gigante como nunca había visto uno. Parecía que se alejaba cada vez mas, pero por fin llegamos. Pude acostarme a tu lado y sentir la frescura del pasto debajo nuestro, y ver el cielo tan lleno de estrellas, algunas cayendo y mostrando su fuego en el firmamento.
Burlas y juegos con tus amigos, pelotas y cartas, abrazos y risas, la noche era perfecta, perfecta y larga.
Hacer el amor ahí, imaginarnos solos y dejarnos llevar, no había ojos que nos juzgaran ni miradas morbosas que nos observaran, eramos tu y yo, y un mundo de gente alrededor que se preocupaba solo de ellos mismos mientras nosotros eramos uno solo.
Tristemente la noche debía terminar, es lo natural, es lo único predecible. Volver a casa, toda una aventura.
Cada calle tenia para nosotros un nuevo reto, banquetas que crecían cual rocas gigantes en una montaña, rocas que debíamos escalar, que debíamos dejar atrás con mucho esfuerzo para seguir nuestro camino.
Ladrones que me asustaban y que amenazaban con terminar nuestras vidas, sentí tanto miedo e impotencia al verte ahí, herido. Tu te levantaste, por ti, por mi y seguimos. Remamos, nadamos, nos lanzamos de un risco, el miedo ya no lo sentí, se fue, aunque no quería volver a casa, a menos no a la casa de la que salí alguna vez, sino a otra.
Las bicicletas estaban frente a nosotros, a recorrer las calles que faltaban. Nuestros rostros estaban tan sucios, pareciese que volvíamos de una guerra, ropas rotas y tintes rojos, pero mi sonrisa y la tuya no cabían mas. Me hablaste de pronto, y yo te mire, pero tu voz estaba afuera, entonces mire de nuevo y abrí lo ojos y los recuerdos empezaban de desvanecerse poco a poco y tu mensaje me hizo darme cuenta de muchas cosas, que rápido pasó la noche, al igual que el día. El tiempo me engaña, siempre lo hace, espero algún día ser yo quien le juegue alguna trampa.

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Cambiando un poco de tema, me encanta Liniers :)

No coman tierra y no dejen que el virus los atrape, como dice el mai, salgan de casa con su Norton :P