6 de mayo de 2013

Día uno, día dos.

No entiendo que clase de broma es esta. Un día estoy muy feliz, disfrutando de una deliciosa presentación de danza en lunes. De pronto estoy sentada frente a un restirador cayendo en cuenta que es casi viernes. Peor aún cuando te despiertas y te sirves de nuevo el desayuno del lunes.
 ¿Dónde están mis días? ¿Dónde quedó lo productivo y lo divertido?
No quiero perderme en lo patético de la rutina, a tal grado de que lo que hice ayer fue probablemente lo mismo que antier y que lo que haré mañana.
Me han dicho algunas veces que cuando el tiempo pasa así de rápido es por que uno es feliz y lo disfruta, pero no, esto no aplica. Solo siento que me están drenando las horas y las cosas son tan irrelevantes que mi mente no las contiene.

No se dejen perder así en los días. Si van a abrir los ojos mañana y van a tener 30, al menos que recuerden lo que vivieron, lo que hicieron y disfrutaron.

El tiempo no está para perderse.

Sin tierrita :)

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