30 de septiembre de 2012

Mis manos

escucho : 212
siento : nada


Antes cerraba los ojos. Imaginaba pensamientos, preguntas y tiempos. Guardaba en mi interior la energía e intentaba focalizarla hacia un lugar que en realidad desconocía.
Y es que a veces soy ególatra, creyéndome diosa que controla todo lo que me rodea, pensándome protagonista de historias que en realidad son irrelevantes para el mundo, pero que al estar postrada en un cojín, cobran significado y me ayudan a fingir que vivo.
Y yo así fui. Así viví durante años y no hubo nadie que me rescatara de mi letargo. Miré mis manos durante largo tiempo y no eran manos lo que tenía después de mis brazos. Hilos negros que tocaron estrellas, que recorrieron galaxias, eso tuve, eso imaginé.
¿Dónde estaría ahora? ¿Quién sería, de haber permanecido dormida? ¿Parte de un sueño, quizás? Quizás no desearía volver a ese estado. Pelearía contra ti, contra todos, con puños y pisadas para dejar de ser ese hilo. Encontraría la manera de escapar de mi mente falaz.
Y así lo haré. Mis manos serán de hierro, firmes al saludar. Serán de piel, tan reales, tan suaves. Estarán dispuestas a conocer otras manos y a forjar estructuras nuevas. Irán más allá del tiempo y el espacio, a trascender las ideas. Sabrán todos que mis manos nunca más cubrirán mis ojos.

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