escucho : Tonight you belong to me
siento : roller coster
Últimamente no me gustan los domingos, me recuerdan un lindo domingo de
septiembre que se repite en mi mente cada vez que nombro este día. HOY es ese
lindo domingo y creo que de alguna manera lo siento sinceramente lindo,
de
alguna manera. De esas sensaciones extrañas, las que uno nunca puede
explicarse, menos hacerle entender a otro.
No puedo dormir hasta tarde, por más que me esfuerzo. Mi mente se siente
cansada, pero mi cuerpo me pide salir de aquí, así que con media sonrisa salto
de la cama, la otra mitad se quedó en la almohada, a las 8 de la mañana, en
domingo u_u.
Punto y aparte
Hace 7 meses, el 4 de febrero de 2012 salí de mi casa muy temprano, con una
montaña de maletas, con un montón de ilusiones, con curiosidad y ansiedad desbordada.
Extrañamente solo una cosa me dolía dejar. No tenía miedo. Era algo que había
planeado
no muy bien debo agregar desde hacía casi 5 años. Era un
objetivo claro que me motivaba a terminar las cosas, a hacer todo bien, a
merecer algo más. Despegarse de lo que uno conoce no es sencillo, pero es algo
que se debe experimentar, que todos deberíamos, yo quería hacerlo. Llegué a
Salamanca la noche del 7 de febrero, frío, aunque no tanto después de todo. Un
taxista alivianado que escuchaba
bruta, ciega, sordomuda en su estéreo,
me preguntaba de donde era y se emocionaba al hablar de México. Me cobró 1 euro
menos de lo que el taxímetro marcaba y me dio consejos para tomar el bus, cosa
que por cierto no hice hasta el día que dejaba esa ciudad y solo porque el
retraso era enorme. No conocía a nadie en absoluto, estaba sola, sola y
emocionada.
Soy tímida. Llegar al
piso rompió mi seguridad. Viviría con gente
extraña, con otras costumbres, distintas culturas. Al entrar sonreí. Son artistas,
todo iría bien. Fue la mejor decisión. Luisa y Virgi lo fueron :)
Conocí mucha gente en ese viaje, o tal vez no tanta. En realidad fue poca.
No diré que hice muchas amistades profundas, creo que no me preparé para eso,
no quería formar tantos vínculos, pero inevitablemente sucedió y agradezco que así
haya sido. Cada palabra que aprendí, cada sonrisa compartida, toda la cerveza,
los momentos locos y también los aburridos, la gente desquiciada, las
molestias, las clases y los maestros, los pasos, las salidas sin mapa. Todo me
hizo distinta.
Pero lo que más me cambió fue el volver.
No hay muchos detalles sobre este viaje que quiera compartir en este
momento, pero lo haré, poco a poco. Es bueno recordarse a uno mismo las cosas
que han pasado y es genial poder compartirlas. Pocos han visto mi entusiasmo
por haber estado allá. Aunque no lo crean me entusiasma y me llena de felicidad
saber que logré una de las cosas que tanto deseaba; que esto no se queda ahí,
que voy en busca de más. Poco a poco voy a redescubrir mi experiencia y mostrar
un poco de la gente linda que conocí y de los lugares maravillosos que visité.
A cuenta gotas es mas emocionante no?
No coman tierra :)